lunes, 28 de diciembre de 2020

La última exhalación, comentario sobre "Un día para acabar con todo", antología de cuentos de Gustavo de Paredes

 

La última exhalación, comentario sobre Un día para acabar con todo, antología de cuentos de Gustavo de Paredes

Andrea Ciria

 


Desde la aparición del grupo del Crack (creado fundamentalmente por escritores que nacieron entre 1968 y 1973), la literatura que abraza temáticas de orden internacional se ha hecho mucho más frecuente. No quiero decir que sus integrantes, Jorge Volpi, Pedro Ángel Palou, Eloy Urroz, el finado Ignacio Padilla, y los fluctuantes Ricardo Chávez Castañeda y Vicente Herrasti, sean los iniciadores de esta forma de exploración narrativa, pues esa ruta ha sido transitada incluso por autores de generaciones un tanto lejanas, Juan José Arreola, Sergio Pitol, Margo Glanz y otros, pero sin duda han sido los propulsores más potentes.

En esa misma vía circula Gustavo de Paredes, escritor mexicano, nacido en 1968, que es incapaz de negar su formación como internacionalista y literato, y su inclinación por las modalidades de lo sobrenatural, trátese de temas relacionados con la fantasía, lo fantástico o lo maravilloso.

Recientemente presentó su primera antología de cuentos, Un día para acabar con todo, en la Feria Internacional del libro de Morelos 2019. Se trata de la compilación de siete cuentos, ganadora del concurso para obra inédita promovida por la Secretaría de Cultura de Morelos, triunfo que le valió ser publicada por el fondo editorial de la entidad.

Para quienes hemos puesto los ojos en obras como Tiempo de cenizas —antes No será la tierra—, Espiral de artillería o La amante del Ghetto, todas escritas por integrantes del Crack, no podemos sino pensar que la antología de De Paredes se une a ellas con gran naturalidad. Incluso a pesar de que contiene elementos irreales.

A partir de una minuciosa investigación de acontecimientos, Un día para acabar con todo presenta un entramado que abarca varias naciones del Globo: India, Sierra Leona, Japón, México, los Estados Unidos, Australia y China. Es un compendio de historias perturbadoras y críticas que llevan a la reflexión sobre el mundo en que nos movemos a diario y en el que fenómenos como la discriminación, el fanatismo, la desintegración familiar, las luchas tribales, los conflictos bélicos y la delincuencia organizada son el lúgubre reflejo de seres en cuyos espíritus habitan las nieblas de la soledad, el desamor, la ignorancia, la sinrazón y la violencia.

Coincido con la escritora Alma Karla Sandoval, quien invita a los lectores a mantenerse atentos al desarrollo de cada cuento de Un día para acabar con todo, cuyos hilos comunes están, por un lado, en lo que algunos románticos llamaron “el objeto mágico”, es decir, un elemento que parece cobrar vida propia y en el que confluye el drama; y por otro, desde el punto de vista configurativo, la mutilación del cuerpo y del espíritu de los personajes, que deriva en una antiheroicidad.

Los protagonistas de “Un mórbido cuerpo de laboratorio”, “Viaje en un tren de sueños”, “Fuimos Fatmata Bangura”, y el resto de las historias que contiene la compilación, no cargan la malicia con ellos pero son dueños de sistemas de valores propios, que son transgresores y disfuncionales, y en el que los elementos sobrenaturales influyen directamente en sus vidas, y no para bien.   

El periodista y escritor Juan Pablo Picazo, por su parte, ha expresado que el punto de unión de los relatos de Gustavo de Paredes está en creer falsamente que el sistema les permitirá convertirse en la mejor versión de sí mismos. Como tal cosa no es posible, se desmoronan en medio de tragedias que bordean las de Sófocles, Esquilo o Eurípides.

Puesto de otra forma, los seres que se congregan en las páginas escritas por De Paredes luchan con denuedo contra los dioses del Olimpo, que en este caso es el sistema que domina al mundo, no importa la denominación que tenga: Wall Street, Washington DC, la organización de las Naciones Unidas, Los Pinos, el Kremlin o el Partido Comunista Chino. En ese choque caen como los malhadados héroes trágicos que son.

No hace mucho escuché que alguien se refería a la antología de De Paredes como “implacable”. Es una buena manera de definirla, las circunstancias son el oráculo que determina la suerte de los personajes hasta la última exhalación.

Con la cuentística profunda y acertada de Gustavo de Paredes se abre una puerta que comunica con la literatura del Crack (lo que implica una extensa mirada al trabajo de otros autores, como los pertenecientes al Boom literario latinoamericano, a su vez alimentados por muchos otros, particularmente de la Unión Americana, Francia, Inglaterra y Alemania), pero también una válida reflexión sobre los mecanismos que mueven el corazón de la humanidad, cuyo tic tac, al parecer, marca un lento e inexorable proceso de autodestrucción.

 

                                                               

 

 

Presentación de Un día para acabar con todo

Feria Internacional del Libro de Cuernavaca. Museo de la Ciudad. Cuernavaca, Morelos, julio 31, 2019.